¿Cómo tener una relación personal con Cristo?

🌿 1. Reconoce tu necesidad de Cristo

El primer paso es entender que todos hemos pecado y estamos separados de Dios (Romanos 3:23). No podemos salvarnos por nosotros mismos. Necesitamos un Salvador, y ese Salvador es Jesús, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29).

“Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.” — Mateo 5:3

✝️ 2. Arrepiéntete y cree en el Evangelio

Arrepentimiento no es solo sentir remordimiento, sino dar un giro completo del pecado hacia Dios. Cree con todo tu corazón que Jesús murió por ti y resucitó al tercer día. Confiesa con tu boca que Él es el Señor, y serás salvo (Romanos 10:9-10).

“Arrepentíos, y creed en el evangelio.” — Marcos 1:15

💬 3. Habla con Él cada día: ora

La oración es una conversación viva con tu Redentor. No necesitas palabras elocuentes; solo un corazón sincero. Dile cómo te sientes, agradécele, pídele dirección. Él escucha y responde.

“Orad sin cesar.” — 1 Tesalonicenses 5:17

📖 4. Conócele por Su Palabra

La Biblia es la carta de amor de Dios para ti. Léela cada día. Comienza con los Evangelios (Mateo, Marcos, Lucas, Juan) para conocer a Jesús. Él se revelará a tu corazón a través de Su Palabra viva.

“Escudriñad las Escrituras… ellas son las que dan testimonio de mí.” — Juan 5:39

🕊️ 5. Busca ser lleno del Espíritu Santo

El Espíritu Santo no solo te guía, sino que te consuela, te enseña y te transforma. Pídele al Señor que te llene cada día de Su Espíritu, que te santifique y te capacite para vivir como Cristo.

“Sed llenos del Espíritu.” — Efesios 5:18

🛐 6. Únete a una comunidad de fe

No estamos llamados a caminar solos. Busca una iglesia donde se predique la verdad del Evangelio, donde puedas crecer, ser discipulado y servir. Somos un cuerpo: tú necesitas a los demás, y ellos te necesitan a ti.

“No dejando de congregarnos…” — Hebreos 10:25

❤️ 7. Vive en obediencia y amor

La relación con Cristo se profundiza cuando obedecemos Su Palabra y amamos como Él nos amó. No es por obligación, sino como respuesta de amor a Aquel que nos salvó.

“Si me amáis, guardad mis mandamientos.” — Juan 14:15

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